Cristina Gámez

EL DELITO DEL ORNAMENTO

“Su interés por el ornamento hay que situarlo en su afán por crear, reconciliar, resquebrajar y abrir grietas en diferentes dicotomías: figurativo-abstracto, arte-artesanía, decorativo-conceptual. La artista resquebraja la dicotomía figurativo-abstracto cuando convierte representaciones de figuras humanas en movimiento en falsos motivos abstractos; rompe los límites entre arte y artesanía cuando incorpora técnicas tradicionales vinculadas a lo artesanal al Arte con mayúscula; enfrenta y contrapone lo decorativo con lo conceptual, al dotar de significados y connotaciones al ornamento.”

“Lo que hay detrás de todo esto, de este interés por superar y deconstruir estas dicotomías es un interés por explorar, expandir, dilatar y diluir los límites y los márgenes de las técnicas, de los conceptos, del lenguaje, del arte, de los materiales, incluso del tiempo.”

El ornamento le permite cuestionar el arte desde dentro y como ocurre en el pliegue, la cortina o el telón también le permite invertir la jerarquía que rige el sistema de representación en el campo del arte, en el contexto de una reflexión acerca del espacio de la representación y sus jerarquías. El ornamento en su obra es una herramienta para la transgresión de la jerarquía visual (…) lo hace poniendo en marcha un proceso de desvelamiento para colocar en primer plano lo que permanecía oculto.

(Yolanda Peralta; Cristina Gámez, Biblioteca de Artistas Canarios, N.64)